Ante la aún reciente puesta en escena del nuevo y gran alumbrado navideño aquí en Torrox, nos gustaría decir que es algo muy bueno para la situación del pueblo y sus habitantes, porque para qué mentirnos, no hay persona que no le guste la Navidad, pero en una situación de sequía extrema, dedicar una gran parte de nuestros recursos a poner más luces y florituras navideñas no pienso que sea mejor que buscar una solución para los cortes de agua nocturnos para los cuales aún no estamos acostumbrados, y con esos recursos crear medidas, o mínimamente garantizar el suministro de agua de los habitantes.
Me parece muy bien que haya personas que decidan utilizar su dinero particular en llenar su casa de adornos, árboles o incluso belenes gigantes, pero lo que no está bien es que el pueblo se llene de adornos porque “es Navidad y hay que recordarlo” mientras que trabajadores del campo viven una situación difícil para llegar a fin de mes porque los cultivos de los que viven se estén perdiendo y no haya medidas para salvar las cosechas.
Otra de las polémicas traídas por este alumbrado es el hecho de que se haya preferido aumentar la extensión del alumbrado a acelerar la conclusión de las obras que llevan meses dejando sin grandes partes de la acera contigua a la carretera principal del Morche la cual, aparte no haber sido terminada a tiempo, ha traído consigo accidentes como la rotura de una pierna de una mujer mayor por la caída producida al tener un acceso complicado al local donde trabajaba. Un cambio de acera innecesario y que ha resultado problemático.
Para finalizar, ya hemos podido ver como a la gente de hoy en día le produce más felicidad unas míseras luces en forma de reno, de las cuales nadie se acordará pasado enero hasta que el siguiente noviembre, antes que ver como todo en su pueblo marcha bien y se supera estas crisis que es la sequía.