La nueva película de Ridley Scott protagonizada por Joaquin Phoenix y Vanessa Kirby ha sido boicoteada por su propio director y más aún por la empresa de promoción que falló al ver el tono de la película y presentarnos una película épica sobre el héroe de Francia cuando en realidad es sobre el patético genocida egocéntrico que consiguió estar en el lugar apropiado y en el tiempo adecuado, porque es eso lo que Napoleón fue, un señor incapaz de satisfacer a su mujer y cargó esa impotencia contra Europa provocando millones de bajas civiles y militares.
Por mucho que hable la crítica, nos encontramos viendo una versión recortada del filme. Es solo al principio cuando se nota la falta de contenido en algunas escenas, podemos olvidar el hecho de que Joaquin Phoenix no es gordo ni mide como Napoleón, aunque con la cámara se intenta hacer a Joaquin mas corto y esos planos se sienten demasiado forzados y su barriga protésica se ve demasiado falsa.
Hubiera estado mejor que Joaquin, como el actor de método que es, hubiera cogido unos kilos para el papel o que al menos hubiera un mejor trabajo por parte del equipo de maquillaje que no hizo nada con el cuello ni cara de Joaquin, sin embargo Joaquin aun tiene posibilidades de optar para el oscar gracias a su película Beau tiene miedo, que nos regala una de sus mejores interpretaciones de su carrera.